domingo, 15 de febrero de 2009

Miguens en campo de confesiones


El ex presidente de la Rural dejó el cargo pero no el poder dentro del sector. Dice que el Gobierno no recibe a los ruralistas como un castigo tras el revés de la resolución 125. Su autocrítica por haber ido tan fuerte por la soja y descuidar otros reclamos.


Por Patricio Ballesteros Ledesma


En su momento ganamos, pero la anulación de la resolución 125 después nos trajo inconvenientes”, confiesa a FORTUNA Luciano Miguens, a casi un año de ese conflicto y con el campo azuzando un nuevo paro. “Yo creo que hoy el Gobierno no va a atender un nuevo reclamo sobre retenciones por las necesidades de caja que tiene”, intuye el ruralista, mientras que la Mesa de Enlace pide la anulación lisa y llana de los derechos de exportación. Luciano Miguens fue uno de los hombres más influyentes en la pelea que enfrentó al campo y el Gobierno el año pasado por la resolución 125 sobre el aumento de las retenciones a la soja. De hecho, el 11 de marzo de 2008, apenas se conoció la decisión del ex ministro Losteau, tomó su teléfono y marcó los números de los líderes de la Federación Agraria y CRA. Aunque con la suspensión de las exportaciones de carne de febrero, hace justo un año, se produjeron los primeros acercamientos, aquellas conversaciones se consideran la protohistoria de la Mesa de Enlace Agropecuaria. Como presidente de la Sociedad Rural Argentina, Miguens participó en cientos de reuniones con las entidades, estuvo en los cortes de rutas, discutió con Moreno y Echegaray y hasta fue el “inesperado” anfitrión del primer paro agropecuario de la era Cristina en las puertas de la Rural de Palermo. “Cuando era el vicepresidente de Crotto en la Rural, hasta le hicimos un paro a Menen”, recuerda el ex dirigente como al pasar.Hoy, aunque ya no está al frente de la Rural ni participa en las reuniones de la Mesa de Enlace, sigue reuniéndose con los ruralistas y es un referente indiscutido para el sector agropecuario. Dejó el cargo pero no el poder, dicen quienes lo conocen en la intimidad; sus trece años a la cabeza de la institución ganadera más poderosa del país los lleva consigo, así como carpetas, archivos y recuerdos que hoy atesora en el living de su casa y el escritorio de su oficina. “Todavía no tuve tiempo de poner orden, pero acá está gran parte de mi historia en la institución”, resume Miguens, mientras sostiene la mirada en una foto de su hijo “Luchi” junto él, durante una protesta rural en su pago (Chascomús). CASTIGADOS. Sus rivales en la SRA no pudieron con él cuando le disputaron el sillón, el Gobierno suele utilizarlo como blanco “fácil” de sus discursos más duros y los ruralistas lo respetan y valoran por su estilo “componedor” y “moderado”. Algunos lo tildan de tibio, desde sectores afines al Gobierno lo acusaron de “golpista”, pero eso no le preocupa tanto como su imagen en la sociedad: “La gente ya no me dice oligarca”, confiesa. Aunque casi no da entrevistas a la prensa recibió a FORTUNA y, sin abandonar su discurso habitual de dirigente, hizo revelaciones sorprendentes. Con las bases del agro pidiendo un nuevo paro y sin diálogo entre el sector y los funcionarios desde hace casi un año, Miguens define este status quo con claridad: “Esa confrontación generó un castigo, una revancha, una venganza del Gobierno”. Fortuna: ¿El problema de fondo entonces es la falta de diálogo más que la falta de medidas?Miguens: Nosotros pensábamos, y sostenemos ahora, que lo más importante era terminar con esa incomunicación, esa confrontación con el sector que no favorece a nadie. Cuando veo las recientes medidas de la Presidenta me parece que no tienen nada que ver con la realidad, todo esto irrita al productor. Me parece que lo que se impone es juntarnos en una mesa a dialogar sin confrontar. Fortuna: Hasta el momento, esa no parece la intención oficial.Miguens: Tienen que darse cuenta que el nuestro no es un sector, como se lo ha calificado: especulador, egoísta, avaro, desestabilizador, sin solidaridad. Hoy vemos que la gente tiene una mirada positiva porque ha entendido más al campo. Aquello de “los terratenientes y los oligarcas” no corre más, hoy no es así el campo. Yo creo que la Presidenta Cristina tendría que recorrer más el Interior del país para ver que significa la producción y como repercute en los pueblos.Fortuna: ¿Usted cree que los Kirchner no saben como es el campo?Miguens: Yo no diría que no lo saben, pero pienso que tienen una visión equivocada. De golpe, vieron la suba de un producto, como es la soja, que tenía una rentabilidad importante para el sector y empezaron a creer en la renta extraordinaria y hablar de que había que distribuirla. Instalaron el tema y a partir de ese momento fueron socios de los productores al 35%.Fortuna: Primero el Gobierno no discriminaba en pequeños y grandes agricultores y luego se dio cuenta que no son todos iguales. ¿Eso no es falta de conocimiento?Miguens: Al principio el enemigo ideal era la Sociedad Rural, porque es un sector al que es fácil pegarle, pero después se fue derivando a los productores chicos que fueron los más perjudicados.CUATRO PATAS. En el campo se dice que si no hubiera existido la Mesa de Enlace, nunca se hubiera logrado la unidad del sector agropecuario que hoy está instalada. En los sondeos previos entre las cuatro entidades, Miguens logró un hito para la SRA, que ahora se considera un antes y un después: integrarse con la FAA, que nació como su opositora. Ambas instituciones (más CRA y Coninagro) parecían imposibles de juntar, pero la soja fue más fuerte. “Tanto a mí como a (Eduardo) Buzzi nos costó el encuentro”, recuerda.Fortuna: ¿La Rural dio un vuelco ideológico?Miguens: Aunque ya venía una tendencia de cambio, es cierto que yo he tratado que se la vea distinta desde la sociedad, pero no me puedo adjudicar ningún mérito. En mi gestión se buscó demostrar que la entidad era diferente que hace 20 o 30 años y hay que tomar en cuenta que tenemos 140 años de historia. Hubo presidentes buenos y malos, momentos buenos y malos.Fortuna: ¿Cómo se dio exactamente el acercamiento de las cuatro entidades?Miguens: El 11 de marzo de 2008, cuando conocimos la decisión de Losteau sobre las retenciones móviles, hablamos y decidimos juntarnos los cuatro presidentes. Hasta ese momento la SRA, FAA, CRA y Coninagro eran muy individualistas, cada una iba con su ideología, aunque en el campo ya estaba surgiendo un clamor. Todos ya nos cuestionaban por qué cada uno iba por su lado, si juntándonos tendríamos mucha más fuerza para reclamar: nos decían que, por ejemplo, la UIA era una sola.Fortuna: ¿Quién propuso ir a un paro en conjunto?Miguens: Fue una idea que fue surgiendo. Cuando acordamos la primer jornada de protesta y decidimos que tendríamos que ir evaluando lo que iba pasando, nos empezamos a juntar casi a diario. En ese tiempo surgió la idea de hacer una Comisión de Enlace para funcionar en forma orgánica, aunque sabíamos que el campo es un poco reacio a la actividad gremial. Fortuna: ¿Tenía reparos al participar de un acto con piquetes?Miguens: Nosotros aconsejábamos que no se corte el paso, pero no hay que olvidar que en cada lugar estaban los productores auto convocados y que mucha gente del interior encontraba en esa forma de protesta la atención de los medios de comunicación. Esa fue la forma de aparecer todos los días en la tapa de los diarios en lugar del suplemento rural.



Fortuna: ¿Qué pensaba sobre los cortes de ruta?Miguens: En principio pensaba cómo me estarían maldiciendo los que estaban impedidos del libre paso (risas). Sin embargo, el corte era bueno desde el punto de vista del llamado de atención y no lo era por sus consecuencias; como el desabastecimiento, tirar la leche en la banquina, no dejar pasar camiones con productos perecederos. BUMERANG. Con las medidas de fuerza que llevaron a casi 120 días de paro y el voto negativo que definió la anulación de las retenciones móviles, el sector agropecuario vivió un triunfo. Pero todo cambió cuando a los pocos meses los precios empezaron a bajar y, como no hay movilidad, las retenciones fijas se volvieron en contra de los chacareros, más aún de los pequeños y medianos. Además, el corte de diálogo posterior con el Gobierno tras ese revés en la pulseada, dejó a la ganadería, la lechería y a las economías regionales sin posibilidades de negociar nada para sus actividades. Lo cierto es que los productores más chicos y las economías regionales hoy están peor que entonces, sin soluciones concretas –salvo la fruticultura, exenta de retenciones–. Y con la sequía y la baja del precio internacional de las commodities, los agricultores soportan hoy una presión tributaria mayor que con la “demonizada” resolución 125. Fortuna: ¿No hizo una autocrítica sobre el perjuicio que hoy les trae la anulación de la resolución 125 y la falta de resolución sobre otros temas?Miguens: En ese momento había que pelear por eso, porque en el momento en que el campo alcanzó esa instancia de ser escuchado, tuvimos reuniones con dos o tres entidades, no se si las cuatro, para ver de qué manera el campo podía tener una mayor presencia mediática.Fortuna: ¿Se decidió reclamar sólo por la soja?Miguens: La verdad que sí y, por eso hago mi autocrítica en este punto, pero nunca pensamos que terminado el conflicto por la 125 no se iba a poder hablar de los otros temas que eran mucho más generales. Después de los festejos por ahí bajamos los brazos y en base al triunfo esperamos una reacción del Gobierno, pero distinta a la que se dio: ganadores y perdedores. Creímos que era el momento para sentarnos a hablar de los productores chicos, pero se creó como un castigo al sector y el Gobierno mantuvo la confrontación. Fortuna: ¿En ese momento recibieron críticas de las bases por dejar de lado todo lo que no fuera soja?Miguens: Sí, claro. Algún productor pudo decir que sólo se ocuparon de la soja sin aprovechar la oportunidad para hablar por la lechería y la ganadería. Pero la discusión de esos temas parecía que no tendrían por qué haberse cortado después del conflicto por las retenciones, que finalmente se ganó. Fortuna: ¿Hoy lo sigue viendo realmente como un triunfo?Miguens: En su momento ganamos, porque conseguimos que no se nos expropiara, en algunos casos, hasta el 80% del precio de nuestros productos. Pero la anulación de la resolución 125 nos trajo además algunos inconvenientes. Fortuna: Pero hoy están pagando más derechos de exportación que entonces.Miguens: Es verdad, hoy la situación es complicada, incluso con la soja. Pero con el maíz, el trigo, la leche y la carne el tema es mucho más grave que antes. POLÍTICA. Ahora que yo no está en la gremial rural, Miguens fue tentado para integrar listas a legisladores en las elecciones de este año pero declinó esas invitaciones. Considera que hay que darle lugar a los jóvenes y asegura que “están surgiendo muchos líderes que se están metiendo en política para representar y ser referentes del campo”. No apoya tanto el surgimiento de en un partido agropecuario como que en cada uno de los actuales haya representantes o referentes del sector. “Un partido del campo sería buscar una posición demasiado parcializada y la política del país es mucho más amplia”, concluye Miguens.


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