jueves, 9 de abril de 2009

El sur de Patagones, casi un desierto


Están afectadas cerca de 500.000 hectáreas. La sequía se pronuncia dramáticamente desde diciembre último. En lo que va del año, han llovido 32 milímetros; en todo 2008 el registro marcó 178.


"Acá tienen que venir técnicos para que nos digan qué hacer con el partido de Patagones. Sabemos que, en la desesperación, muchos productores van a salir a arar si llueven 30 milímetros, como lo hicieron en enero y en febrero (últimos), pero lo cierto es que la situación se agrava cada día más". La frase corresponde a la dirigente rural Daniela Gross, de Mujeres Agropecuarias en Lucha, quien reside en la localidad de Stroeder, a 80 kilómetros de la ciudad cabecera, uno de los sitios donde la sequía extrema llegó para quedarse. "Necesitamos que las autoridades y los especialistas, del INTA o de donde sean, se sienten con nosotros a resolver este problema que no sabemos cuándo va a parar", agregó. Según Gross, con quien coincidió el productor José Luis Zara, cerca de 500.000 hectáreas están gravemente afectadas por la --hasta ahora-- peor sequía desde 1962, lo que representa casi el 42 por ciento respecto de las poco más de 1.200.000 hectáreas del distrito más austral de la provincia de Buenos Aires. "Es cierto que hay áreas más afectadas que otras. Por ejemplo, en la zona cercana a Stroeder ya son 3.000 las hectáreas que se encuentran en estado terminal e, incluso, ya sin la presencia de los dueños de los campos", comentó. La zona de Las Jarillas, ubicada a 30 kilómetros al sudoeste de Stroeder, muestra una situación tan compleja como que es imposible transitar en camionetas 4x4 por los caminos vecinales, sencillamente porque están cubiertos de arena hasta la misma línea de los alambrados. En este lugar, en lo que transcurre de 2009 han llovido 32 milímetros: el 5 de febrero, 12; el 20, 2; el 12 de marzo, 9 y el 19, 9 mm. En todo 2008, cayeron 178 mm. El fenómeno, ahora, se encuentra en pleno desarrollo en el sector denominado La Celina (hacia el este) y en Emilio Lamarca (al norte). "Viniendo desde Villalonga, donde hay riego, y hacia el sur, está afectado casi el 80% del distrito. No es descabellado decir que en este tramo sólo se verán suelos arrasados", manifestó. "Hace un mes nos daba la sensación de ver algo `verde', cuando en realidad era cardo y, en algunos casos, flor amarilla. Creo que en 15 días más no quedará nada de nada", aclaró. Un debate --no cerrado-- acerca de la "voladura" de campos se da por estos días, en que una muestra puede apreciarse a poco de transitar por la ruta nacional 3 sur, cuando el viento arrastra la tierra en dirección al mar y crea una sensación de peligrosa neblina. Esta zona de Patagones enfrentó no pocos desmontes y, además, arados convencionales, con todo lo que ello implica en circunstancias climáticas excepcionales como las de la coyuntura. Los dos hechos, según los especialistas, provocan que la tierra vaya de un lado a otro por efecto del viento y que se convierta en infértil, más aún en períodos de seca. Gross citó que el 80% de los productores estroedenses está afectado en forma grave (unos 200) y que, de unos 1.000 registrados en el distrito de Patagones, hay 700 en problemas. "Las vacas ya no comen los cardos, porque tienen mucha tierra y telarañas y están a punto de secarse en forma definitiva", citó, por su parte, Zara. Respecto del envío de maíz por parte de la Nación para los productores que poseen animales y padecen la sequía, son alrededor de 100 los que están inscriptos en Stroeder. "Son 45 kilos (de maíz) por animal, para 10 o 15 días como máximo. Pero después habría que esperar un mes y medio; así no sirve, porque desde el momento que el animal ingresa a comer no es fácil pararlo, o quitarle la comida", expresó Zara. En la antevíspera, llegaron a la localidad 233.640 kilos y el resto se espera para los próximos días. En total, se han prometido 1.350 toneladas. Para muchos, el maíz llega tarde, porque el éxodo de animales de Stroeder, fundamentalmente hacia La Pampa y el norte de la provincia de Buenos Aires, es permanente. Como es lógico suponer, a precios irrisorios. "En una feria que se hizo acá, hace diez días se fueron 2.000 vacas; eso es muchísimo para nosotros. Es cierto, hubo un buen precio, de unos 500 pesos en promedio, pero se trataba de animales en buen estado", sostuvo Gross. "La vaca que todavía come cardo tiene un buen estado, pero a la que está mal la compran en 250 o 300 pesos. Incluso, en muchos remates no quieren que el animal vaya a la feria porque se han registrado casos de muerte por estrés", agregó. José Luis Zara está en el campo desde chico. Pero, en 1997 se radicó en Bahía Blanca para desempeñar su profesión de ingeniero civil y, en 2000, se capitalizó en hacienda y regresó a trabajar en 1.500 hectáreas --500 de ellas propias-- a 21 kilómetros de Stroeder. Llegó a tener 300 madres y hoy debió reducir su plantel a casi la mitad. "Aún asumiendo todos los costos, que son a pérdida, prefiero arriesgar para mantener mi vaca y no quedar fuera del sistema", contó Zara. "A números de hoy, mantener una vaca cuesta cerca de 600 pesos. Me empecino en seguir dándole de comer porque si la vendo será a 300 pesos, pero si la tengo que ir a comprar del otro lado de la barrera (sanitaria), la tengo que pagar $ 2.000", explicó. "Sé que si vendo el rodeo me tengo que ir de la zona nuevamente y no regreso nunca más", aseguró.
Créditos, sí Gross justificó el pedido de créditos con tasas subsidiadas, que realizan firmemente ante las autoridades municipales, provinciales y nacionales desde enero último. "Si no es así, se hace imposible afrontar esta situación y poder alimentar a la hacienda. Como es evidente que el partido se está quedando sin animales, es importante pedir una ayuda para los productores que aún están en pie", dijo. Zara, quien admitió que no tiene deudas y que siempre se manejó vendiendo y pagando, señaló que hay eventuales soluciones. "Sabemos que en la Nación hay fondos, como los ATN (Aportes del Tesoro Nacional), que podrían bajarse al municipio, o a una agencia de desarrollo, para promover alguna forma de crédito a valor producto para que el chacarero lo pueda devolver", explicó. "A los que aún están en producción, con hacienda en pie, hay que ayudarlos para que no malvendan su hacienda", agregó Gross. Diferente es la visión respecto del productor que ya no tiene animales y que ni siquiera vive en el campo. "Al terminal hay que ayudarlo con dinero para que sobreviva, ya que no se puede hacer nada, porque los campos están arrasados por completo", indicó, para afirmar que se trata de entre 80 y 100 chacareros. En cuanto a los créditos que han gestionado en otras ocasiones, la titular de MA señaló las dificultades cuando los productores se acercan al banco. "Los requisitos son muchos e incumplibles, como que los aportes estén al día cuando la emergencia limita el ingreso y se supone que si uno está en emergencia no puede entrar al banco, Esto hace que el grueso no sea compatible", detalló. Gross confirmó que, así, sólo 50 o 70 productores estarían en condiciones de cumplimentar todas las exigencias. Otra de las alternativas que se considera en Stroeder es la aplicación de la ley provincial de desarrollo del sudoeste bonaerense, que se aprobó en 2007. "La ley es buena porque considera diferente al partido de Patagones, pero no tiene apoyo político; está inactiva", dijo Zara. "Lo que se le ha planteado al ministro (de Asuntos Agrarios bonaerense, Emilio) Monzó es una reunión con el gobernador (Daniel Scioli) para conseguir fondos y se empiece a trabajar con sus programas. Por caso, se pedían, dentro de esa ley, tasas diferenciales para conseguir créditos", explicó el productor.
No a los subsidios del gobierno A través del formato de subsidios, el distrito de Patagones recibió, el último 23 de enero, un total de 9 millones por parte del ministerio de Asuntos Agrarios bonaerense. Se registraron 600 productores y a cada uno les correspondió alrededor de 15.000 pesos. La visión de Zara, en este sentido, es diferente. "No pretendemos subsidios, porque ese dinero se podría haber destinado con tasas subsidiadas y, acaso, hubiera alcanzado a mayor cantidad de beneficiados. No sirven, porque en vez de ayudar dividís a los productores", agregó.
También se nota en Villalonga "La zona de riego de Villalonga también sufre las consecuencias de la sequía, porque se encuentra con menos caudal para regar", dijo la gremialista Daniela Gross. "Lo que los productores necesitan con el riego solo no alcanza para la producción y esto repercute en menores rendimientos y mayores costos", agregó.
"Debemos tratar que nuestros productores permanezcan en sus campos" Tanto para Gross como para Zara, la única y última alternativa de solución para el partido de Patagones, en general, y para la zona de Stroeder, en particular, pasa por el proyecto de riego. Se trata de la creación de dos polos de desarrollo productivo, uno en Cardenal Cagliero y otro en Stroeder, de 50.000 hectáreas cada uno, que se sumarían al ya existente en la zona de Corfo, que posee 49.000 has. "Es un proyecto a largo plazo, acaso a 10 años, pero mientras tanto debemos tratar que nuestros productores permanezcan con los campos, que no los terminen regalando y que, luego, sean otros los beneficiados con el riego", aclaró Gross. "Hay estudios avanzados y parecería que se le prevé dar prioridad al proyecto antiguo que llega por gravedad, que es Conesa-Guardia Mitre y Patagones. Se prevén regar más de 100.00 has. de campo", añadió Zara. "Sería el sueño de cualquier productor de la zona, porque cambiaría climáticamente todo, desde las napas hasta el clima. Sí, un sueño...", dijo.


Guillermo Rueda/Enviado especial a Stroeder


jueves, 2 de abril de 2009

El desequilibrio injusto


Según un análisis de costos realizado por la Sociedad Rural de Tres Arroyos, con los actuales niveles de retenciones, las soja es el único de los cuatro cultivos principales que se siembran en la zona que tiene un rinde de equilibrio (los kilos necesarios para salir hecho) menor al promedio histórico. Los números del trigo y el girasol son feos campo propio y horribles en tierra arrendada. La perlita: entérese de cuánto recauda el Gobierno cuando usted apenas empata


El productor agropecuario se irrita cuando asume que los planes del Gobierno ni cerca están de bajar algún punto de las retenciones a los cuatro cultivos principales. Ante el pedido de la baja en los derechos de exportación, desde la Casa Rosada responden que los dirigentes rurales actúan como oposición política y no como representantes de un sector y que lo que están buscando en realidad es cambiar el modelo de país. "Los intereses de un sector no pueden estar por sobre los intereses del resto de los argentinos", repiten los funcionarios. Y tienen razón.El gran problema es que los fríos números reflejan que esa frase por estas horas no puede ser endilgada al campo. Simplemente porque el cóctel provocado por las nocivas resoluciones de la ONCCA, la nefasta intervención de Guillermo Moreno, la baja en el precio de los granos, la seca brutal que soportó la Argentina y la falta de una financiación amigable hizo que los actuales niveles de retenciones sean insoportables para buena parte de los productores. Eso queda demostrado en un informe elaborado por la Sociedad Rural de Tres Arroyos, estamos hablando de un análisis de costos, cifras en estado puro, no hay contaminación política ni ideológica de por medio. Sólo números. Y salvo en la soja, para usar la birome verde y no roja en los balances del resto de los cultivos hay que invertir mucho y esperar que el clima se porte bien, algo que hace varios años no hace.EquilibristasEl trabajo fue confeccionado por el contador Rogelio Echemendi, secretario de la Sociedad Rural, quien lo realizó teniendo en cuenta un arrendamiento de nueve quintales de trigo, en un campo típico de la zona y aplicando un paquete tecnológico medio; mientras que en el análisis no incluyó costo de financiación, costo de oportunidad por capital invertido ni retiros empresarios. Hablando en criollo: los números no están dibujados (los cuadros completos de los cuatro cultivos pueden solicitarse a campo@lavozdelpueblo.com.ar).Por el contrario, los resultados parecen una mala caricatura. Anote:* Trigo: para salir hecho hay que cosechar 29,1 quintales en campo propio y 39 en superficie arrendada.* Soja: para empatar se necesitan 14,5 quintales si uno es propietario y 20,7 si es arrendatario.* Girasol: se deben levantar 17,2 quintales para no perder plata en un campo de propiedad y 24,2 si alquila.* Maíz: 37,5 quintales es lo que hay que cosechar por hectárea en campo propio y 49 en tierra arrendada.Vamos a detenernos en el caso del trigo, cultivo que por las características del clima de la región es históricamente el pilar de las empresas agropecuarias locales. Hablar de 29 quintales en campo propio no es para asustarse, teniendo en cuenta que son muchos los campos que superan los 4000 kilos de promedio. Ahora, la cosa cambia si tomamos los resultados de la última campaña, en la que la media del partido apenas alcanzó los 2200 kilos producto de la seca. A eso hay que sumarle que en el ciclo 2007/08 se habían alcanzado los 2800 kilos, en aquel caso la merma fue consecuencia de una helada tardía. Entonces, con los pronósticos que para este año anuncian que puede volver a faltar agua, ¿cuántos productores pueden apostar a que, al menos, van a salir hecho con el cereal?"Yo, en campo propio, el año pasado perdí 200 dólares por hectárea. No sería lógico jugarme a sembrar en estas condiciones y que me pase lo mismo", decía un productor de Cascallares en una charla rutera, en pleno paro agropecuario. "En mi caso, la campaña pasada perdí 40 dólares por hectárea. No tengo espalda para afrontar una siembra tan riesgosa ahora, por eso no voy a hacer trigo y paso todo a gruesa", explicaba otro, que arrienda una explotación mediana entre Gonzales Chaves y San Cayetano.Bien se podría decir que los números del trigo mejorarían con una soja de segunda. "Es un cultivo marginal con costos marginales. Teniendo en cuenta implantación y cosecha, hay que hablar de 140 dólares, con arrendamiento cero ya que se imputa todo al trigo", explica Echemendi. Y agrega: "Deberías cosechar por encima de los 6/7 quintales para cubrir costos (erogables), a partir de ahí es utilidad. Claro que este año, a pesar de cosecharse más temprano la fina, no hubo humedad y se sembró muy poca de segunda", aclara. Es bueno entonces recordar que en los últimos tres ciclos, la soja tardía fue un rotundo fracaso.DescapitalizadosLa comparación de los números actuales con los mismos cuadros realizados en noviembre de 2008 arroja que los costos algo han bajado y también en cierta proporción mejoraron los precios. Pero hay que tener en cuenta que el problema hoy es también financiero, ya que el productor medio perdió buena parte del capital de trabajo porque cosechó menos kilos y esos kilos valen menos que cuando planeó la siembra, y el financiamiento es escaso y caro."El caso más grave es para quien se le 'descalzó' la relación insumo-producto (técnicamente cambios en los precios relativos). Se debió financiar insumos a 2009 sin poder tomar coberturas cuando la relación era razonable. Así fue que invirtió 550 dolares en 2008 y cosechó 300 en 2009", analiza el secretario de la Sociedad Rural. Y aclara: "Quien pagó sus insumos en 2008 con la relación de ese momento, a costos de reposición no está tan desfasado. Ya que este año siembra con 350/400 dólares y el propietario con 250/300".De todos modos, Echemendi aporta un dato que no es menor. "Siempre hay algo que no se tiene en cuenta y es que el productor de Tres Arroyos, en general, vive del campo. Es decir, la unidad de producción y de consumo personal es la misma".Como sucede de un tiempo a esta parte, la soja es la que ofrece cifras más cosechables. No sólo porque los rindes se acomodan mejor a lo que se viene recolectando, sino porque es el cultivo que demanda menos inversión por hectárea (tanto en campo propio como en arrendado), es decir que se arriesga menos.El girasol, en tanto, en costos de producción no está tan lejos de la soja, pero los rindes de equilibrio no son tan fáciles de lograr en la media de las explotaciones de la región. Con lo cual es más riesgoso, más aún teniendo en cuenta los secos que han sido los tres últimos eneros.Lindo socioEl aporte más rico, y también más irritante, que hace el cuadro a la realidad que hoy vive el productor agropecuario tiene que ver con qué pasa con las retenciones cuando el chacarero cosecha el rinde de equilibrio. Como siempre, agarrarse del ejemplo del trigo es lo más aconsejable para tener una dimensión de lo que atraviesa el chacarero local por estos días.Al productor que arrienda, sembrar, proteger y cosechar una hectárea triguera en la campaña que está por comenzar le costará 423,6 dólares. Para salir hecho, necesitará recolectar 39 quintales (recuerde que el rinde promedio de la zona no llega a los 3000 kilos). Y en ese hipotético escenario, por hectárea, el Gobierno estará recaudando 159,6 dólares. Si el cálculo lo realizamos en campo propio, el costo de producción será de 308,6 dólares la hectárea, y cuando el productor empata, el Estado recibe 119,1 dólares.La foto que entrega la soja es más clara para entender por qué nunca el oficialismo se animó a poner en juego el nivel de los derechos de exportación. Cuando en Tres Arroyos, un arrendatario cosecha los kilos como para no perder pero tampoco ganar, el Gobierno embolsa 234,1 dólares. En campo propio, el poroto también es el cultivo que más engorda la caja central: 164 dólares por hectárea recibe el Estado cuando el productor sale hecho.Se acuerda de la bendita sojización criticada por la Casa Rosada. ¿Hace cuánto que ningún funcionario utiliza ese término? Mucho. En definitiva, queda claro que la renta de la soja no sólo seduce al campo, si el más beneficiado es su poderoso socio que no arriesga nada y factura todo.