jueves, 7 de agosto de 2008

Por la intervención oficial se agrava el cierre de tambos



Jueves, 27 de Diciembre de 2007
Productores argumentan que los precios del Gobierno les generan pérdidas
Alfredo Daverede dijo basta; no va más. Cansado del intervencionismo oficial sobre la lechería, que recobró fuerza en las últimas semanas con el anuncio de un precio fijo para la producción, acaba de tomar una medida difícil: cerrará su tambo Las Marías, ubicado en la zona de Tandil, en el sudeste bonaerense.
Como él, muchos otros productores han seguido un rumbo similar en lo que va del año. "Cerramos porque no podemos producir a pérdida y la agresiva e injusta intervención del Gobierno nos han provocado un gran desánimo; fui ingenuo en confiar en que lo que vale es producir", expresó Daverede hace poco en un correo electrónico que circuló entre por lo menos unos 400 tamberos del país.
Reaccionó así a poco de que el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, y luego el ministro de Economía, Martín Lousteau, anunciaran un valor de $ 0,78 el litro para la producción exportable, lo cual se traducía en una baja de valores respecto de promedios de 0,83 en el mercado interno.
Según datos de la Secretaría de Agricultura de la Nación sobre la base de información suministrada por 15 industrias líderes, entre enero y octubre pasados el número de tambos cayó un 4,3%. Allí se dice además que la producción retrocedió un 12% en ese período.
En la actualidad existen 12.000 establecimientos. En los últimos 15 años la cantidad de tambos se contrajo un 50%, según el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) Rafaela.
LA NACION se comunicó con Daverede para conocer más detalles respecto de su decisión que involucra un establecimiento de 260 vacas en ordeñe y una producción diaria de algo más de 6000 litros. En el correo que circuló entre sus colegas había muy duro al explicar su postura: "Lo lamento profundamente por el país, por los que se educaron e invirtieron para producir, por las pequeñas ciudades del interior, por la gente de trabajo del interior".
Si bien le pone punto final a un tambo que alquiló durante 16 años, Daverede mantendrá otros dos establecimientos. Pero sobre ellos aclaró: "Veremos si podemos seguir produciendo".
Con todo, su decisión sobre el cierre de uno de sus tambos, que se hará efectivo el 31 del mes próximo, tiene un alto impacto: "Con este cierre nos achicamos un 20 o 25 por ciento", afirmó. Daverede deja ese tambo y allí finaliza un ciclo: el propietario del campo donde está el establecimiento hará agricultura. Abandona un tambo que, según destacó, fue ejemplo y anfitrión de delegaciones extranjeras.
Para hamburguesas
Según comentó, las vacas serán seleccionadas y en parte se destinarán a un frigorífico. "La vaca lechera termina en hamburguesa", indicó. Además, dijo, las tres familias que trabajan en el tambo serán reubicadas. Distintas estimaciones indican que el tambo emplea nueve veces más personas que la agricultura. En el país hay unas 90.000 personas vinculadas con la cadena láctea.
"Hay desánimo general en el sector", dijo el productor. "¿Tenía ganas de seguir creciendo en la actividad lechera?", se le preguntó. "Por supuesto. Además, en el tambo, en condiciones de no intervención, se crece por naturaleza", respondió.
Al margen de haber sufrido problemas climáticos que afectaron la producción, Davedere terminó de definir el cierre con la intervención oficial en los precios. "Fue la gota que rebasó el vaso. Fui ingenuo en confiar en que lo que vale es producir", indicó.
Contra los $ 0,78 que Moreno buscó imponerle al sector, Daverede explicó que tuvo costos de producción de 0,85 el litro hace un mes. Ahora dice que sus costos aún están más arriba e informa que en su caso el costo para producir un litro de leche aumentó el 70% en un año.
Daverede se lamenta, además, por la pérdida de oportunidades. Destaca el caso de Uruguay, donde grupos neozelandeses han invertido US$ 150 millones en lechería. Pese a que su producción es menos del 20% que la de la Argentina, ese país está captando más capitales. "Con esta situación intervencionista, acá nadie va a venir a invertir", concluyó.


Por Fernando Bertello De la Redacción de LA NACION

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