sábado, 4 de octubre de 2008

Menos ganado que en el ‘70: en 1914, la relación era 3,13 por persona, hoy 1,34


Así lo reflejan todos los datos oficiales sobre existencias ganaderas, que incluyen desde terneras hasta toros. El último número de la secretaría de Agricultura y Ganadería de la Nación es de 2001. Ese año había 48.851.400 de cabezas. En 1993, 52.655.180, y en 1975, 56.707.000


Generalmente, los números ayudan a comprender. También a reflexionar. Este es el caso: entre 1966 y 1970 nuestro país tenía más cabezas de ganado que en la actualidad. Incluso, en el año 1977 contaba con una cifra superior a los 60 millones de animales, cuando en la actualidad no llega a los 50 millones, según datos del Mercado de Liniers. También se retrajo el promedio de consumo per cápita, mientras que el indudable crecimiento poblacional tiene como contrapartida una retracción, o al menos amesetamiento, del ganado apto para transformar en un alimento base en la dieta de los argentinos. En resumen, hay menos carne de ganado . Un silogismo indicaría que ésta es una de las razones del encarecimiento del producto, que hoy se exporta a mayor ritmo desde Brasil, Uruguay y hasta Paraguay que en el país de las vacas por antonomasia. El panorama, para colmo, no es muy halagüeño. El último informe de la secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos de la Nación, de mayo de 2008, sobre las perspectivas de este sector, pronostican que en Brasil “los embarques (para exportación de ganado ) seguirán en aumento a pesar del cierre de la UE (Unión Europea), ya que se dirigirán a mercados no tradicionales”. Paraguay y Uruguay “crecerían en 2008”, mientras que Argentina “mostraría una tendencia decreciente”. No hay que ir muy lejos para darse cuenta del delicado momento que atraviesa el sector, con coletazos evidentes sobre el consumo interno. En Magdalena, donde existen 870 productores de distinta índole, pero básicamente ganaderos, entre la última vacunación de noviembre/diciembre de 2007, con relación a la de 2006, se contabilizaron 10 mil animales menos. Y en la campaña marzo/abril de 2008, con relación a la de 2007, la retracción fue de 6.000, aporta el titular de la Sociedad Rural de ese distrito, Javier Landa. El último dato oficial, del mencionado organismo que depende del ministerio de Economía de la Nación, sobre existencias ganaderas (incluye terneras, terneros, vaquillonas, vacas, novillos, novillitos, toros y toritos) en el país es de 2001. Refleja 48.851.400 de cabezas, contra 52.655.180 de 1993. En 1968, con menos de 25 millones de habitantes, había 51.465.000, de acuerdo al mismo registro. Y en 1975, 56.707.000. Es decir, más que en la actualidad. Los números son coincidentes con los elaborados por el Mercado de Liniers. A riesgo de abrumar con los números, analice los siguientes, que también son muy gráficos para cobrar dimensión de la situación. En 1914, de acuerdo al registro oficial de la secretaría de Ganadería, había 25.867.000 cabezas de ganado, el consumo per cápita era un poco más de 62 kilos por año y había alrededor de 8.250.000 habitantes. Esto es, una relación de 3,13 por persona. En 1968, el consumo se disparó a 86 kilos anuales promedio per cápita y en 1975 se mantuvo la tendencia (87 kilos), pero las cabezas de ganado aumentaron en más de 5 millones, prácticamente al ritmo del crecimiento poblacional. En este entonces había 2,26 por persona. En 2001, el consumo se retrajo a 63 kilos per cápita, con 48.851.400 cabezas y 36.260.130 millones de habitantes (Censo 2001). Es decir, 1,34 por persona. En 2007, el consumo osciló los 66 kilos, con una tendencia similar de cantidad de animales y muchos más habitantes (las proyecciones indican alrededor de 40 millones). ¿Por qué pasa esto? La causa asoma como multifactorial. El ex subsecretario de Agricultura y Ganadería de la Nación, Jesús Leguiza, opina que “es indudable la migración productiva hacia otros sectores. Creo que es un problema global, porque en el exterior existe una mayor demanda de granos y la producción se adaptó a esa demanda. Argentina no fue la excepción, y hoy el agro ha desplazado claramente a la ganadería”. Sin embargo, Brasil ha incrementado sus exportaciones de granos y en los últimos cinco años triplicó la producción ganadera. En el primer cuatrimestre de 2008 exportó 342.279 toneladas de carnes frescas, contra 84.309 de Argentina. Uruguay, 92.013 toneladas, de acuerdo al mismo informe oficial. Santiago Zubieta, cuarta generación de ganaderos de la Pampa Húmeda, tiene una mirada desde la experiencia cotidiana. “Antes, el dueño estaba dedicado exclusivamente al animal. Hoy tenemos que preocuparnos por muchísimas más cosas, como innumerables trámites. Todo es más complicado, más burocrático”. Ayacucho, con 800.000 cabezas de ganado, es el cuarto distrito bonaerense en cantidad de hectáreas (675 mil) y es donde se realiza la Fiesta del Ternero. Cuna de la ganadería, su intendente Darío David piensa que “ahora se amontonan en potreros más pequeños a los animales para aprovechar hasta el último espacio para la siembra. Esto, en el largo plazo los lleva a la muerte”. Este jefe comunal peronista también es productor agropecuario. Para Landa, no hay que andar con muchos rodeos: “La producción viene bajando, porque la rentabilidad no es buena”. Magdalena tiene alrededor de 225 mil cabezas y Punta Indio (partido escindido en 1994) alrededor de 180 mil. Según la FAO, el organismo para la alimentación de la ONU, los precios internacionales evidencian una tendencia alcista desde junio de 2006. ¿Las razones? “El alto costo del alimento para los animales, la depreciación del dólar y la creciente demanda de carne en los países en desarrollo por crecimiento de sus economías, particularmente Asia”. “A pesar de ello -sostiene la FAO-, el mercado de carne no ha experimentado aumentos en los precios comparables en magnitud a los observados en cereales, oleaginosas y productos lácteos. El aumento en los costos de producción en muchos países ha reducido los márgenes de ganancia de los productores de carne”. Según estimaciones de este organismo, la producción mundial de carne bovina este año crecería un 1,1% con relación al 2,3 de 2007. Alcanzará alrededor de las 68 millones de toneladas. Los países en desarrollo producen el 56% del total mundial. En Argentina, el productor se choca con una situación que podría sintetizarse en las siguientes líneas: recibe entre 3 y 3,50 pesos por kilo de carne, de los que tiene que deducir todos los impuestos y gastos. Ese mismo kilo, cuando llega al mostrador, no baja de 10 pesos. La cadena de comercialización se lleva casi todo, y el consumidor paga los platos rotos. En los ‘70, cuando había ganado en abundancia, Argentina tenía menos del 1% de sus tierras cultivables con soja, pero desde que en 1996 se liberó en Estados Unidos la variedad modificada genéticamente, que es más resistente a los agroquímicos, crece con mayor facilidad y requiere de menos trabajo, hoy Argentina tiene 13 millones de hectáreas con soja trans. Se estima que su cultivo aumentó 16 veces en siete años. Trece millones de hectáreas son casi 20 veces el partido de Ayacucho, el cuarto más grande del territorio bonaerense. Y más de 70 veces el distrito de Magdalena. Se ve, los números ayudan a entender.


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